Eltono y Nuria, de nuevo en Madrid.

[merece la pena pinchar en la imagen para verla en condiciones]

El tintero está lleno de cosas, pero las prioridades son las prioridades y siempre he admitido que este blog tiene también algo de sentimental. Esta semana, se me han juntado en la cámara hasta tres historias relacionadas con Eltono y Nuria: la primera y más importante, un par de nuevas acciones conjuntas (¿cuánto hacía que eso no ocurría en Madrid?) en Lavapiés y Latina; la segunda, el curioso estado en que han quedado un par de obras de Eltono en el kiosco de Conde de Romanones tras su limpieza; y la tercera, una ¿paranoia personal? en torno a unos trozos de cinta aislante dispuestos de forma peculiar sobre un buzón de la calle Embajadores. Vamos a ello, que la cosa trae cinta (de carrocero) y pintura.


El chivatazo me lo dieron ellos a media tarde de ayer lunes: Eltono y Nuria estaban en la calle Caravaca, perpendicular a Lavapiés, pintando mientras los grababan, al parecer para una exposición que tendrá lugar el próximo mes de febrero en la Fundación Joan Miró de Barcelona, y que incluirá a artistas-muralistas de todo el mundo. Cuando llegué, Eltono había terminado, y a Nuria le quedaba aún una parte importante de su llave. Más allá del resultado final, ése es el momento que recogen las primeras fotos.


Afortunadamente, Eltono y Nuria aprovecharon para pintar algo más, esta vez sin cámaras ni micrófonos. La segunda intervención de ambos (repetimos: ¿cuánto hacía que no pasaba en Madrid?), en la calle San Bruno, pasa directamente a formar parte de mis favoritos de la pareja. Una llave de Nuria de lo más clásica y un diapasón de Eltono que de puro sencillo roza la deconstrucción. ¿Quién quiere más cuando se puede tener menos? [Puedes ver la panorámica al principio de la entrada]


Además, esta misma semana, han limpiado el kiosco de intercambio de libros de la calle Conde de Romanones, una limpieza que ha venido acompañada por la decoración (sic), graffiti mediante, de la parte del mismo que da a la calle (veanse las fotos). Lo curioso es que al raspar todo lo habido y por haber de la chapa del kiosco, han contribuido sin querer a lo que aquí he llamado, más de una vez y más de dos, arqueología. Además de cargarse media cafetera de Alberto de Pedro, han descubierto un Eltono debajo de otro, dando lugar a una extraña (con)fusión: el aspecto actual muestra ahora los restos de una obra en azul y rojo (mas antigua) y de la más reciente en azul y blanco, una de las que (admito) más me gustaba de Eltono en Madrid. Aquí tenéis la secuencia:

[diciembre de 2005]

[septiembre de 2006]

Por último, entre el kiosco y las intervenciones, temporalmente hablando, se coló un momento paranoia, generado por algunos trozos de cinta aislante, verde y roja, que aparecieron sobre un buzón de la calle Embajadores, junto al Teatro Pavón, formando lo que para mí (o para nadie) fue enseguida una estructura con reminiscencias diapasónicas. (y que ahora sabemos que pertenece a Popa&Mox) Busqué en el archivo y encontré una obra cuya orientación podría sugerir las líneas de la cinta aislante. ¿Paranoia?

[Eltono para Subaquatica, enero de 2004]

Y si con todo has llegado hasta aquí, chapeau.