Bastardilla en Madrid (II): otros espacios.
[viene de aquí]
La presencia de Bastardilla en Madrid ha ido más allá (bastante más allá) de su gran obra en la puerta sur de La Tabacalera. Con que uno se dé un pequeño paseo por Lavapiés, encontrará otras muestras de su trabajo, más grandes y más pequeñas, en pintura o en papel, con más o menos color y más o menos brillo (en el sentido literal de la palabra).
La primera que reseño aquí es la obra realizada sobre la fachada del Local B de La Karakola, en la esquina de la calle Embajadores con la calle Mira el Sol. Lo que en principio había interpretado como una acción en el interior del local , acabó quedándose fuera. [Gracias por la pista, Dug].
La misma mañana en que tomé las fotos de la obra de arriba, me pasé por la Plaza de Xosé Tarrío (a.k.a. inicio de la calle de los Ministriles) para fotografiar algunas piezas que había visto desde el coche (y que ya reseñaré). Escondido tras un pilar se encontraba el fantástico retrato que veis, una pequeña obra, sencilla pero, para mí (siempre me han encantado esos rostros envueltos en pelo de Bastardilla), llena de fuerza .
Esa misma noche, de paseo con Manuel, nos topamos con otra obra más, bastante espectacular, pegada esta vez sobre el muro ocre del Cine Doré, en la calle Santa Isabel. La espectacularidad residía sobre todo en los colores del póster y en el brillo gris que acompañaba a esos colores ya de por sí brillantes. Muy al estilo de la obra que aportó a Madrid Poster Art 2009. El martes a primera hora pasé a hacer las fotos:
Por último, caminando por Lavapiés, es fácil encontrar numerosas muestras de sus colibrís...
...en la esquina de Doctor Piga con Argumosa...
...en la calle Sombrerete...
...en la esquina de Argumosa con Zurita...
...o en la Travesía de la Comadre...
3 comentarios:
tremenda entrada! espero que has encontrado todas las obras.
Gran descubrimiento tu blog, Me estoy enamorando más de Madrid gracias a todo él. Mañana voy a ver la pared del Doré, qué preciosidad.
Gracias a los dos por los comentarios. Pues no sé si habrá más por ahí, Dug, ya veremos.
Una brazo!
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