Volver a empezar: paredes de Lavapiés.

En las últimas semanas (y yo diría que en los últimos días), el Ayuntamiento de Madrid ha estado especialmente activo en los muros de Lavapiés, aunque su intervención haya quedado de lo más triste: el habitual griseado del consistorio se ha llevado por delante algunas obras interesantes, entre ellas la obra de Borondo y Yeti (¿y de alguien más?) en el cubo de Agustín Lara, la obra en huelga de unos cuantos miembros de El Keller en la misma plaza, la obra de Pincho en Cabeza, 6 (que llevaba ahí desde el mes de junio) o (y esto ya no sé si corresponde a una iniciativa más privada) los marcos de la calle Caravaca en los que estuvieron un día una de las últimas colaboraciones de Eltono y Nuria en Madrid. 

 

 

 

 

Estos lugares, spots habituales de arte urbano (sólo ha sobrevivido, de momento, el muro de Jesús y María, 14 que sigue así) vuelven así a estar disponibles para nuevas acciones, y me consta que hay quien ya ha aprovechado el gris para recuperar obra antigua. Bien.