Hoy, en tiempos de escasez y mientras encuentro tiempo para sacar otras cosas, noticias. Y que nadie piense que esto es
una inocentada, qué más.
Lean que la cosa no tiene desperdicio.
Mi primer pensamiento ha sido: ¿Dónde deja esto, o cómo afecta, a asociaciones como
Persianes Lliures? Algo de ello hay en
el texto. Después, leído lo leído, eso ha sido casi lo de menos y la cabeza se me ha ido a algo mucho más amplio. Algunas perlas, en orden cronológico:
2. Jordi Llobell, de Enrolla't, otra asociación que pone en contacto a graffiteros y comerciantes: “Es como un puñetazo sobre la mesa por parte del Ayuntamiento, que está desbordado de propuestas que no le gustan, que vienen de los artistas pero también de los comerciantes".
3. El susodicho IMPUQV: "El espacio público es considerado un bien común, de uso colectivo, como los balcones o las fachadas de las casas, así que velamos para que esté ordenado y mantenga el decoro y la dignidad deseables (...) Es lo mismo [el graffiti, se entiende] que tener una bombona de butano en el balcón o tender la ropa en la fachada, son cosas que no contribuyen a preservar el espacio público".
4. Lo de siempre, supermercados y concesionarios, reyes del espacio público: "El artículo 19 de la ordenanza prohíbe la colocación de carteles, adhesivos, pictogramas o similares, así como la aplicación de grafitos o pintadas sobre cualquier elemento del paisaje urbano, si no se dispone de autorización expresa. Ésta sería la que reciben, por ejemplo, las cadenas de supermercados o concesionarios de coches que pintan su logotipo, que no puede superar el 30% de la superficie.".
5. Hablan las ordenanzas: "Las ordenanzas interpretan que pintar grafitos (sic) en el espacio público es una conducta de ensuciamiento que no sólo devalúa el patrimonio público o privado sino que principalmente provoca una degradación visual del entorno, afectando la calidad de vida de vecinos y visitantes. So they say.
6. Marc García, de Persianes Lliures: "Es una gran contradicción que no nos dejen pintar en el espacio público, ni con permiso de los propietarios, pero en cambio el Ayuntamiento edite
libros donde cita el arte urbano y la
contracultura en Barcelona, se exploten como marca de modernidad y el
MACBA y el
CCCB acojan obras, exposiciones o
festivales sobre graffiti".
[gracias a
dug por la pista]