Teje la araña | Fuente de Cabestreros
El lunes, cuando ni siquiera había acabado de amanecer, me encontré con Adriana y Álvaro, almas de Teje la araña. Tramaban algo junto a la fuente de Cabestreros. Hacía frío y tenía mucho sueño, lo que me dio apenas para saludar brevemente y seguir hacia el instituto. Cuando volví, hacia las diez y media de la mañana, hacía aún más frío, con un viento helado que balanceaba constantemente las nuevas gotas de agua. Las manos se me quedaron congeladas mientras fotografiaba el nuevo aspecto de la fuente. El martes, más temprano aún, la fuente seguía abrigada. En un rato volveré a pasar.
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