Ruina | Taltos || Abajo en la plaza
A veces las cosas adquieren otra dimensión cuando se cuelan en tu cotidianeidad. Un día te las comes al volver del trabajo, casi debajo de casa, y se convierten casi en ese punto de referencia en el camino antes de bajar las escaleras. O justo al final de las mismas. Tanto es así que esa noche bajas expresamente a hacer fotos (y a tirar los reciclajes, ya de paso). Y haces lo mismo la noche siguiente, cuando la cosa está acabada y casi llueve (pero bajas sólo la basura). Y al mediodía siguiente haces esa que te falta, más de ángulos rectos y documentación pura y dura. Y hasta te da la tentación de volver a hacer más por la tarde, pero en realidad ya las has hecho todas.
Lo mejor de todo es que lo mismo todo esto son pamplinas (que decía aquel aristogato) y lo único que ocurre es que pocos habían reparado hasta ahora en lo buenos spots que son esos cuadrados, y Ruina y Taltos lo han visto claro, han triunfado y me tienen a mí buscando justificaciones poéticas.