El paseo de los miércoles
En esta continua itinerancia interina que es mi vida laboral he encontrado un nuevo reto, o casi debería hablar de un regalo. Los miércoles el horario me da un respiro y puedo comer con R. o volver a casa andando (ocho kilómetros, dice Google), recorriendo partes de mi ciudad por las que nunca había pasado, mirando las cosas desde otro sitio, descubriendo nuevos rincones, a veces barrocos, llenos de graffiti, otras veces planos, casi diría que vacíos, ausentes... Las imágenes de esta entrada son de un miércoles de hace un par de semanas. Y (disculpen la osadía), están hechas con el móvil.