Aryz | Lisboa

Aryz siempre me ha costado. Más de una, que diría Nacho Vegas, lo podrá atestiguar. Lisboa supuso mi estreno delante de una pieza suya (ni siquiera su mural en Ifema, ya veis). Y fue una sensación rara, un encuentro incómodo pero que sirvió para romper, como quien dice, el hielo. Todo gracias al cuarto de hora que empleé dando vueltas alrededor de su mural, buscando encontrar donde enganchar. La fotografía a veces tiene ese poder. Con un poco de suerte, habrá nueva ocasión en unos días.