Safari Vallés | Buenas piezas, mejores personas
Al principio eran las piezas, casi recortadas, sin aire. Después el objetivo se abrió para ofrecer un contexto mínimo, y poco a poco se fueron incorporando el resto de la pared, las ventanas, las puertas, el asfalto, y finalmente la gente que pasaba por delante de aquellas piezas. Pero todo era en realidad parte de una experiencia, y la experiencia (el qué, el cómo, el cuándo, el dónde) podía quedar registrada en la tarjeta de memoria. O no. Y entonces llegó el día en que las piezas tuvieron la oportunidad de desaparecer. O casi. Y aparecieron las personas con las que compartías la experiencia. Y zas, otro mundo nuevo, el de Safari Vallès. Buenas piezas, mejores personas. Gracias E., F, N. M., J. A., te echamos de menos.